OÍDOS SORDOS DE LAS AUTORIDADES A LA CONTAMINACIÓN ACÚSTICA

Por: Víctor Galindo “Vigaro”

 

En América Latina, México parece no tomar en cuenta la importancia que tiene implementar sistemas de regulación, medición y control de la contaminación acústica.

 

La Directora del Directora del Instituto de Medio Ambiente y Comunidades Humanas del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias CUCBA, Dra. Martha Georgina Orozco Medina, durante su participación en el programa especializado en medio ambiente, PIENSA VERDE y cambia tu mundo; habló acerca de este fenómeno socio ambiental que se ha incrementado en la vida diaria, derivado de la misma actividad productiva.

 

Sectores como la construcción, industria, servicios y hasta la recreación, han degenerado en afectaciones a la salud de los seres humanos; enfermedades en el sistema nervioso central, dolores de cabeza recurrente, agotamiento mental, estrés crónico, son tan solo un ejemplo.

 

“Particularmente en el área de la construcción, quienes laboran en cualquiera de las etapas, se exponen a condiciones de ruido que afectan al sentido del oído interno, todos estos son efectos que se van presentando en ocasiones de manera paulatina y no somos conscientes hasta que deriva en una situación más crítica”, advirtió la investigadora de la Universidad de Guadalajara.

 

En general, la contaminación auditiva que se tiene en zonas metropolitanas como la de la CDMX, Guadalajara, Monterrey y otras, representan un riesgo elevado para quienes desempeñan actividades por jornadas prolongadas, quienes se encuentran expuestos en el tráfico y las vialidades, a causa de las frecuencias y la exposición a decibeles que el oído capta de manera involuntaria y que impacta en el oído interno, causando daños irreversibles.

 

El uso continuo de la tecnología como son los audífonos por periodos prolongados y con volúmenes altos, produce ondas sonoras agresivas para al sentido del oído, dañando las células ciliadas, mismas que tienen una función particular para el funcionamiento entre el oído y el cerebro, “una vez que se dañan estas células no hay vuelta atrás, la capacidad auditiva no se puede recuperar” advierte la Dra. Orozco Medina.

 

Otro factor que puede existir en una deficiencia auditiva, un tanto ajena a la contaminación producida por elementos sonoros como lo son sirenas de ambulancias, alarmas, cláxones, música en aparatos reproductores; recae en la herencia genética, es decir, cuando una deficiencia forma parte de una peculiaridad dentro de una familia, así lo explica la directora del Instituto de Medio Ambiente y Comunidades Humanas. “El ruido es una energía que tiene una peculiaridad de impacto, afectan a los receptores, y hay condiciones hereditaria, es decir si tuve abuelos con ausencia o discapacidad auditiva o mis padres (alguno) también padeció algún tipo de discapacidad auditiva, es muy probable que yo también lo tenga, razón de más para no exponerme a los factores de riesgo”.

 

Para la población en general de nuestro país, la prevención y los hábitos de revisión y vigilancia audiológica no son comunes, lo que debe formar parte del cuidado integral de la salud.

 

“Tenemos un diseño en la oreja y lo que hace el canal auditivo es conducir las vibraciones producidas por la onda sonora, conduciéndolo hasta llegar al oído medio, pasando por el yunque, el estribo y el martillo hasta llegar al oído interno, a eso es a lo que llamamos tener capacidad de escuchar, la forma que tiene la oreja juega una importante función y cualquiera de las agresiones que reciba altera y modifica su funcionalidad, perforarlos o introducir agentes extraños pueden causar infecciones, el mal aseo por sí mismo puede repercutir en su funcionamiento” explicó la investigadora del CUCBA.

 

El exceso de cerumen, puede ser un indicador de una afectación latente, “la utilización de cotonetes de manera incorrecta, el descuido de una gripe, el oído reventado cuando existe un sangrado, son factores de cuidado especial, hay que recordar que el oído se encuentra conectado con la garganta, la nariz, la boca y se debe tener un cuidado especial”, a decir de la Científica.

 

Daño Neurosensorial, inestabilidad y alteración del sueño, afectación en el sistema inmunológico, son solamente algunos de los trastornos que resultan por la afectación del sentido auditivo a consecuencia de la contaminación acústica.

 

“La gama de sonidos pueden ser considerados como molestos al oído son tan diversos, mismos que van desde el llanto de un bebé, el maullido de un gato, la fricción entre metales, hasta el zumbido de un zancudo, que son tan variables que dependen de la susceptibilidad de cada persona, lo que se traduce en impactos auditivos”.

 

Una de las prácticas más comunes que las personas realizan ante cualquier molestía es la automedicación, pero desconocen que la lista de medicamentos denominados como Ototóxicos, es muy larga y van desde los antibióticos y analgésicos que tienen esa característica, por lo que no es recomendable la automedicación.

 

Entre un universo de factores, existe algo en particular que debería resultar prioritario para las autoridades atender, el prohibir, reglamentar, sancionar pero sobre todo prevenir, ya que hasta el momento en nuestro país no existe el interés de monitorear la contaminación producida por el ruido y los generadores de la misma, solamente en Brasil, de los países latinoamericanos, existe una atención en la materia y van a la vanguardia, pero en México, lamentablemente pareciera que a las autoridades de los diversos niveles de gobierno, esta variante de contaminación aún es tomada en cuenta.

 

“El Instituto de Medio Ambiente y Comunidades Humanas del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias CUCBA de la Universidad de Guadalajara, ha investigado de manera laboratorial por 25 años, en los cuales se ha alertado acerca de los riesgos a la salud que se han generado por no contar con inversión tecnológica de equipo para este fin”, concluyó.