MILLONES DE INSECTOS ANIQUILADOS EN COLIMA NO PESARON EN EL DÍA NACIONAL DE LAS ABEJAS

Por: Víctor Galindo «Vigaro»

 

Hace apenas unos días, en el Estado de Colima se reportó la muerte de alrededor de 3 millones de abejas, resultado de la aplicación de un insecticida denominado Finopril, afectando a por lo menos 637 colmenas en los municipios de Armería y Tecomán.

 

Algo que dejó en claro la irresponsabilidad de los agricultores en esta región colimense, sin embargo, lo peor es que, la legislación recientemente aprobada en el Congreso de la Unión, que contempla a este insecto como el más importante de la cadena polinizadora, y equipara cualquier agresión contra estas especies como un crimen contra la naturaleza, parece que quedará en total impunidad, y es que para las autoridades federales y estatales en Colima, se trató de un simple accidente.

 

Lo cual pone en entredicho esta posibilidad, y es que a decir de Elvira Silva Jiménez, profesora de la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad de Colima, quien ha estado acompañando a los apicultores en sus reportes de abejas muertas, señaló. “Se tomaron muestras y se enviaron a un laboratorio especializado donde se analizan para identificar cuál es la muerte, contabilizamos más de 637 colmenas afectadas en el estado, más de 30 millones de abejas muertas”.

 

Lo cierto es que, el cultivo de abejas productoras de miel es tradicional en muchas zonas de México, y su actividad depende de que los ecosistemas se mantengan en buenas condiciones, pero es esencial aplicar un plan de ordenamiento ecológico del territorio que considere la conservación de la flora y fauna silvestres, ya que la tala indiscriminada de los bosques ha generado graves problemas a las áreas naturales y a las comunidades asentadas en ellas.

 

En Yucatán, la región productora de miel más importante de México, los apicultores mayas saben que su actividad tiene un estrecho vínculo con los ciclos naturales de la tierra, con la fauna y especialmente con los árboles frutales. Además, las abejas son relevantes para cumplir los ciclos ecológicos del ecosistema a través de la polinización, por lo cual la apicultura contribuye al mantenimiento de los ciclos naturales, afirma Gerardo Suárez en el artículo Apicultura en la Península de Yucatán: vivir de la selva de forma sostenible.

 

Sin embargo, la apicultura maya y de otras comunidades rurales enfrenta varios riesgos: la deforestación derivada de la necesidad de sobrevivir expandiendo las actividades agrícolas y causa la explotación no sostenible del bosque, es uno de los problemas más graves. El cambio climático que provoca huracanes y sequías daña también a las abejas. Y el intermediarismo para comercializar la miel perjudica la economía de los mayas.

 

La Cámara de Senadores declaró el 17 de agosto como Día Nacional de las Abejas, con el fin de que, con el apoyo del Congreso de la Unión, sociedad, organizaciones, instituciones y gobierno, se reconozca y valore la importancia ambiental, social y económica de estas pequeñas especies, y se realicen esfuerzos y acciones para conservar sus poblaciones y asegurar la permanencia de sus servicios y productos.

 

La declaratoria del Senado expone que México ocupa el sexto lugar a nivel mundial en la producción de miel de abeja y el tercero en exportación global. Asimismo, representa una actividad económica primaria de gran importancia para la agricultura.

 

En la última década, agrega, el país produjo en promedio 53 mil toneladas anuales de miel, lo que representa una apicultura de gran importancia social, ya que es una actividad familiar y generadora de empleos, ingresos y valor agregado.

 

En México existen aproximadamente 41 mil 442 apicultores dedicados a la producción de miel de abeja, de los cuales 23 mil se localizan en el sureste del país, y sus colmenas representan fuentes de trabajo para personas principalmente de origen indígena.

 

Durante la última década la desaparición de las abejas está presente en todo el planeta; se han perdido colmenas enteras sin dejar rastro, lo que causa un impacto extremadamente sensible en la producción de alimentos y la actividad económica mundial.

 

Su desaparición se atribuye a las condiciones naturales y ecológicas que estos insectos necesitan para subsistir, pero además les impacta el abuso de pesticidas, los monocultivos que impiden variedades de especies, plagas como la abeja zombi africana, desinterés general hacia las abejas, falta de reconocimiento a su labor de polinización y una irresponsable consideración de que siempre existirán, todo lo cual ha causado un mantenimiento deficiente de las colmenas.

 

La infografía Abejas sin aguijón, publicada por la secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales y de Educación Pública con datos de “Las abejas sin aguijón y su cultivo en Oaxaca”, México, Ecosur; “La valiosa miel de la abeja sin aguijón de Cuetzalan”, Ciencia UNAM y “Las abejas en el mundo”, de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, destaca sobre estos benéficos insectos que:

 

– Existen abejas sin aguijón que pertenecen a la familia Apidae del grupo Meliponini.

– De estas abejas sin aguijón, en México se han registrado 46 especies.

– Los estados con mayor cifra de especies son Oaxaca, Chiapas, Veracruz y Quintana Roo.

– Estas abejas polinizan muchas plantas mexicanas como la vainilla.

– Las abejas sin aguijón (meliponinas) también se denominan abejas nativas porque las abejas melíferas (las más conocidas por las personas actualmente) fueron introducidas a México y en general a América con la llegada de los españoles.

– Las abejas sin aguijón habitan principalmente en zonas tropicales y subtropicales, donde se encuentran plantas con flor que producen néctar.

– Actualmente muchas comunidades mexicanas mantienen colonias de estas abejas como fuente de alimento y productos medicinales.

– La miel de abejas sin aguijón es de alto valor nutricional.

– Comunidades mexicanas conservan los conocimientos y prácticas tradicionales para la cría de abejas sin aguijón y aprovechan su miel y cera.

– Para mantener las poblaciones de abejas sin aguijón y conservar su diversidad es importante promover la conservación de bosques y selvas que habitan.

– Es importante brindar apoyos a los meliponicultores, pues mantienen sus colonias y conservan los conocimientos y técnicas para reproducir y cuidar a estas importantes abejas.

– El cambio climático también representa un peligro para estas abejas, pues las regiones en las que habitan enfrentan largos periodos de sequía, aumento de la temperatura y disminución en los periodos de floración.

– Actualmente las abejas sin aguijón se encuentran amenazadas por la deforestación, el cambio de uso de suelo y la utilización de plaguicidas.

– Las abejas sin aguijón toman el néctar de flores medicinales, lo que propicia que la miel que producen tengan esta misma característica, por lo que son buenas para la digestión, enfermedades gripales y como cicatrizantes.

 

A decir de la dependencia federal SEMARNAT, es tiempo de emular a estas pequeñas especies que trabajan de manera organizada para la conservación de sus colmenas, de los ecosistemas, de la biodiversidad y de la humanidad misma. «Que nos quede claro que tanto las abejas como las y los apicultores atraviesan por una situación de sobrevivencia tanto en México como en el resto del mundo. Sin abejas y sin apicultores y apicultoras, la misma suerte corremos», advirtió.